Y en su centro retiembla al sonoro rugir del cañón ¡qué se abra la tierra!
El Barrancas se subió al Rambler, vámonos preciosa, que la noche es larga y es de los amantes, y ya forjaba un cigarrillo de guerra en hoja de maíz y fumando luego en un santiamén aguantaba un tren de humo, ¡ayay órale cálmate Jaime Sabines le respondió la Josefa, quien ya se había sorbido las…